La membresía de la iglesia es un compromiso que un creyente en Cristo hace a un cuerpo local de cristianos con el propósito de unirse para la adoración, la edificación mutua y el evangelismo.

La idea de "membresía" proviene del apóstol Pablo, cuando describe a la iglesia local como un "cuerpo" y a cada persona como un "miembro" de ese cuerpo (1 Corintios 12:14, 19, 26). Pablo usa la imagen del cuerpo de Cristo en 1 Corintios 12-14 para mostrar nuestra dependencia mutua en la iglesia local. Cada miembro de la iglesia necesita a todos los demás miembros.